La evolución de la escultura griega a través del Kouros de Anavyssos, el Discóbolo y el Laocoonte

En 1764 el historiador del arte Johann Winckelmann realizó una primera periodización del arte griego comparándola con la evolución de un ser vivo, esta división quedó muy marcada dentro de la historiografía y actualmente conocemos estos periodos como; el Arcaico, que va desde el s. VII a .C. hasta finales del siglo VI a. C.; el Clásico que duró prácticamente todo el siglo V a. C. y el Helenístico que va desde el s. IV a. C. hasta el año 146 a. C. cuando comienza el dominio militar de Roma sobre Grecia. Quiero evidenciar esta periodización a través de tres esculturas, entendiendo la búsqueda de dinamismo como la base de esta evolución.
Antes del periodo Arcaico el
territorio griego vivió la denominada Edad Oscura, se llama así por la poca
cantidad de fuentes y documentos que se han encontrado de estos siglos, que van
desde el 1200 a. C. hasta el 776 a. C. Este periodo representa un momento de
transición, de lo pre-helénico a lo Helénico, un tiempo donde comienza a
desaparecer el mundo micénico mientras se conforma el mundo Heleno.
Por lo tanto, la llegada del Periodo Arcaico representa sobre todo estabilidad, el territorio griego estaba compuesto por ciudades-estado autónomas, como Tebas, Corinto, Esparta, Atenas, Argos, entre otras, que, a pesar de ser autónomas, compartían el idioma, las mismas creencias religiosas e incluso las mismas festividades, por ende, podemos hablar de un sentido de unidad y pertenencia a una cultura común. Es durante este periodo que emerge la clase media, además que nace la democracia griega. Sin embargo, lo que más nos interesa de este periodo, por su relación con el desarrollo de la escultura Arcaica, son los intercambios comerciales entre Grecia y los centros comerciales del Levante Mediterráneo y del delta del Nilo, que hicieron que los artistas griegos se fijaran en el arte de Egipto y de Oriente Próximo. La arquitectura y escultura monumental egipcias hicieron que los griegos adoptaran los estilos y los motivos que caracterizan el arte griego arcaico.
Por estas razones, creo que la escultura que mejor caracteriza este periodo es el Kouros de Anavyssos. Los Kouros son estatuas de tamaño natural de hombres desnudos, podían representar al dios Apolo, o, el recuerdo de algún joven muerto en combate. Se realizaron varias esculturas similares durante esta época, también encontramos la versión femenina, que se denominan Koré, ellas en cambio siempre están vestidas, y suelen dar una ofrenda a una deidad, por lo que su mano se encuentra extendida. Tanto los Kouros como las Koré son ante todo el tipo escultórico para representar el ideal de belleza.
El Kouros de Anavyssos fue realizado entre el 540 a. C. y el 515 a. C. actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas. La escultura mide 1,94 cm, fue encontrada en Anávisos en Ática-Grecia, y su autor es desconocido. En este caso, estamos hablando de una escultura funeraria, ya que funcionaba como una especia de lápida del joven Kroisos, quien murió en la guerra, esto lo sabemos gracias a la inscripción que encontramos en la base de la estatua;
Traducción:
"ΣΤΕΘΙ ΚΑΙ ΟΙΚΤΙΡΟΝ ΚΡΟΙΣΟ "Detente y llora frente a la tumba de Kroisos
ΠΑΡΑ ΣΕΜΑ ΘΑΝΟΝΤΟΣ ΗΟΝ que murió asesinado salvajemente por Ares
ΠΟΤ' ΕΝΙ ΠΡΟΜΑΧΟΙΣ ΟΛΕΣΕ mientras luchaba en primera línea"
ΘΟΡΟΣ ΑΡΕΣ "

Esta es una escultura de bulto redondo, tallada en mármol y tiene todas las características del periodo arcaico; tiene los ojos almendrados, el cuerpo muy rígido, es completamente hierático, que esto es justamente lo que va a ir cambiando, sus puños están cerrados y pegados a sus muslos, lo cual ayuda a acentuar la musculatura de sus brazos. Tiene la pierna izquierda un poco más adelante que la derecha, como un intento para generar movilidad y dar la sensación de que está caminando. Muestra la denominada "sonrisa arcaica" en la que los extremos de la boca están ligeramente levantados. Tiene el cabello largo, el cual está trenzado y cae sobre su espalda.
A ver los distintos Kouros, no puedo evitar pensar en las esculturas egipcias, sobre todo en la estatua del rey Menkaure y la reina Khamerernebty; esta difiere en tamaño, ya que mide 57,1 centímetros de alto, el material también es distinto, porque está hecha de Grauvaca, sin embargo, al ver la figura del rey, encontramos muchas similitudes con los Kouros, sobre todo en el modelado del cuerpo, la posición erecta, los hombros y el torso magníficamente esculpidos, las manos, cerradas junto a las piernas, evidenciando fuerza, el pie izquierdo un poco más adelante para crear la sensación de movimiento, pero, especialmente, la atención a los detalles de la anatomía, que se evidencian, por ejemplo, en las hendiduras de las rodillas.
Sin embargo, hay un aspecto en el que el arte griego se aleja del arte egipcio, y justamente los Kouros lo evidencian, la gran diferencia entre ambas esculturas masculinas es que el uno está vestido y el otro no, en Egipto, el faraón es divino, en Grecia, el hombre es una idea general, despojada de ropajes. Lo que actualmente denominamos arte, va a tener mucha más libertad en Grecia que en Egipto, ya que no va a estar necesariamente ligada a la religión. En Grecia el centro de todo es el hombre, tanto así, que es el tema que veremos repetido durante la evolución de la escultura. Los dioses se parecen a los hombres y los hombres a los dioses. El Kouros de Anavyssos, representa perfectamente el acercamiento, y, a su vez, el alejamiento del arte griego con el arte egipcio, y forma la base del periodo Arcaico, desde este momento podemos hablar de una idealización hacia la belleza del cuerpo masculino que va a estar presente durante los tres periodos.
En el siglo V, en cambio, ocurrieron las guerras médicas, que fueron las luchas de varios pueblos Helenos contra el Imperio Persa, ambas guerras terminaron con victoria griega, tiempo después, surge el conflicto entre Esparta y Atenas dentro de la Guerra del Peloponeso, esto produjo sobre todo la destrucción de Atenas, los templos quedaron en ruinas y los monumentos bastante destruidos. Sin embargo, a mediados de s. V a.C. Atenas se encontraba en un proceso de recuperación y poco a poco se fue convirtiendo en el centro de producción artística de Grecia. En este periodo las esculturas buscaban ser más naturales y expresivas, se rompe con las posturas forzadas de los Kouros, otorgándolas de más movimiento y dinamismo, esto lo lograron gracias al uso del contraposto, que es, doblar una rodilla, para que de esta manera el torso forme una S. Los artistas dejaron de ser anónimos, ya que, cada vez tenían más importancia, también, empezaron a crear esculturas independientes, que podían ser vistas de todos los ángulos. Hubo un gran avance en los drapeados de los vestidos femeninos y en la representación de su forma. Lo que buscaban transmitir las esculturas clásicas es armonía y equilibrio, por lo que se veneraba la proporción matemática, la racionalidad y el orden.
Considero que una de las esculturas que mejor representa el periodo clásico es el Discóbolo de Mirón. Aunque la original se perdió, actualmente contamos con varias copias romanas que evidencian el ideal del atleta griego, el discóbolo, es una representación de un hombre a punto de lanzar el disco, este era uno de los eventos del Pentatlón, que se llevó a cabo en los Juegos Olímpicos y en los Juegos Panhelénicos.

Mirón nació en Eleuteras, pero vivó gran parte de su vida profesional en la ciudad de Atenas, y, se destacó justamente por la representación de atletas. El Discóbolo que realizó Mirón era de bronce, material que dominaba y que le permitía crear posturas más dinámicas, lamentablemente, es muy difícil que una escultura de bronce sobreviva, debido a que este material se podía fundir fácilmente para crear armamento o incluso monedas. Ya que no contamos con el original, para este análisis me voy a basar en la copia romana hallada en 1781, que se encuentra en el Museo Nacional Romano.
Aquí vemos a un atleta a punto de realizar la acción del lanzamiento, Mirón capturó justo el momento previo, el de mayor tensión. En esta escultura se evidencia lo que los griegos denominaban Rythmos; es dinámico, tiene movimiento, vemos como Mirón rompe con la frontalidad que estuvo tan presente en el periodo Arcaico e incluso en el arte egipcio, es como si el Kouros tomara vida y decidiera lanzar su cuerpo, dobla sus rodillas, baja su centro y gira su torso levantando con su brazo derecho el pesado disco, creando así, tensión en todos los músculos de su cuerpo.
La palabra Rythmos también hace referencia a una acción de armonía y equilibrio, si nos fijamos bien, a pesar de que esta postura requiere mucha fuerza y tensión, esto no se evidencia en el rostro del atleta, el cual, se encuentra bastante relajado. El Discóbolo, no es una persona concreta, sino, es el ideal de belleza perfecta, que lo vemos a través de la simetría, el equilibrio y la proporción de este cuerpo masculino. El ideal de belleza carece de expresión, porque para los escultores griegos era mucho más importante representar el cuerpo como arquetipo de perfección atlética que enfocarse en las expresiones faciales.
Finalmente, es importante resaltar que el Discóbolo también representa lo que se convertiría en la base del arte de la Edad Moderna, y es la observación, la mímesis, como copia de la realidad ha estado presente en la concepción de arte hasta que llegaron las vanguardias del s. XX. A pesar de que la escultura nos muestra un cuerpo idealizado, fue necesaria la observación previa para realizarla, la postura que vemos no es forzada, es el movimiento natural que realiza un cuerpo para poder lanzar un disco. Los lanzadores de discos iban generalmente desnudos, lo que permitía a los escultores estudiar su anatomía.
De esta manera, el Discóbolo de Mirón tiene todos los elementos del arte clásico, está lleno de dinamismo y movilidad a diferencia del arte hierático del periodo anterior, el nombre de su autor ha llegado a nuestros días gracias a que los artistas cada vez tenían más importancia, el ideal de belleza del cuerpo humano, y la relevancia del deporte están completamente presentes en la escultura, pero, sobre todo, podemos ver que la búsqueda de armonía y equilibro se volvió tan necesaria en un siglo lleno de guerras, que, finalmente, se vio expresado en el arte.
Por último, tenemos al Helenístico, el periodo culmen del arte griego, el momento donde la producción artística llega a su "madurez". El punto de ruptura con el arte clásico se da gracias a la expresión, ya no hay más rostros que carecen de emoción, estoicos, que no transmiten nada, ahora, el rostro cuenta historias, historias de desastres y de luchas; el drama llegó al arte griego.
De este periodo podemos destacar la expansión de Alejandro Magno, quien terminó dominando al Imperio Persa, y conquistando desde Egipto hasta la India. Es decir, fue un periodo de expansión, conquistas y guerras, lo cual trajo un arte nuevo, realizado, no sólo en tierras griegas, sino en las nuevas dinastías helenísticas.
Considero, que no hay mejor escultura, para representar al periodo Helenístico, que Laocoonte y sus hijos, la ves, e inmediatamente te transmite su dolor y sufrimiento, te cuenta una historia. Esta vez, no es únicamente la representación del ideal del cuerpo masculino, es, la puesta en escena del mito.

La escultura fue tallada en mármol y mide 2,42 m. de alto (incluyendo el pedestal), por 1, 84 m. de ancho. No se sabe exactamente la fecha de su creación, se encuentra entre el 170 a. C. al 40 a. C. El escritor romano Plinio el Viejo atribuyó esta obra a Hagesandro, Arenorodo y Polidoro, escultores de la isla de Rodas. Actualmente se encuentra en el Museo Pío Clementino, (Museos Vaticanos), en la ciudad de Roma.
La obra tiene una composición piramidal, formada a partir de las tres figuras. El cuerpo del Laocoonte se encuentra en una gran torsión, lo que ayuda a aumentar el sentido dramático de la escena. Su rostro evidencia su angustia, al ver de cerca, no solo su muerte, sino también la de sus hijos, cuando miramos su expresión facial, ya no nos encontramos con la belleza perfecta, sino con la emoción. El arte hierático que veíamos en el periodo Arcaico ha quedado en el olvido, el dinamismo invadió la escultura griega hasta volverse un elemento fundamental, esta escena transmite mucho movimiento, y los escultores lograron crear esta sensación gracias al tratamiento del cuerpo del Laocoonte, el cual cuenta con muchos detalles; vemos como las serpientes lo aprietan con mucha fuerza, lo que produce que sus músculos se hinchen, y crea una tensión inigualable, se puede apreciar que le cuesta respirar, sus hijos lo miran en busca de ayuda. Los cuerpos de los tres personajes están en tensión, no hay reposo, podemos ver los nervios que sobresalen debajo de la piel, es una escultura tenaz, que representa perfectamente el contexto que vivía Grecia antes de la dominación romana.
La evolución de la escultura griega fue un proceso muy largo, y en medio de estas tres esculturas se encuentran muchas más que, a su vez, aportaron a generar grandes cambios en la concepción de este arte, sin embargo, para mí, estás son las más representativas de cada periodo, cuéntame ¿Qué esculturas consideras tú que son las que mejor representan el periodo Arcaico, Clásico y Helenístico?
Bibliografía
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